Es raro ansiar llegar a Buenos Aires, cuando toda tu vida te quisiste ir a la mierda. Sentir la inercia de un odio pasado chocar contra un imprevisto amor.
En los primeros días uno se da cuenta de lo quemado que está. Como una langosta viva hervida desde agua fría.
¿Los recuerdos del viaje son ciertos o son una versión distorsionada de la realidad?
Insomnio, pesadillas laborales. Discovery llegando a la atmósfera. Cambio.
Insomnio, pesadillas laborales. Discovery llegando a la atmósfera. Cambio.
Insomnio, pesadillas laborales. Discovery llegando a la atmósfera. Cambio.
Houston, ¿nos copia?
Sábado y domingo, cuarentena psicológica ineludible. Reencontrarse con casa, con las Turboperras, con la flía y los pibes.
Prender un fuego sin bencina.
Asado de tira y vino tinto.
Siesta.
Houston a Cabo Cañaveral: aterrizaje exitoso.
3 comentarios:
ya lo extrañaba
oh qué lindas las turboperras, cómo podés vivir sin ellas!
No puedo vivir sin ellas!!
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