Después de cuatro días conviviendo con las rubias, recordé una conclusión a la cual habíamos llegado en el Palacete: el primer humano fue el primer mono en copiar a un perro.
Las Turboperras dejan de mordisquear sus huesos y se miran un toque.
El mejor amigo del hombre fue su guía durante los primeros días.
Primates caminando detrás de un perro, comiendo sus sobras.
El primate largó las frutas y empezó a entrarle a la carne.
El cerebro del primate se nutrió de proteínas.
Ahora los perros comen asado gratis.
Una inversión de miles de años.
Power to the Turbo. Cambio.
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