Capítulo 46 – Al fin, Buenos Aires (Parte VI)

Sexto día consecutivo de asado. Sí. La buena vida te deja gordo y la mala, pelado. Desafortunadamente, lo único que detiene la caída del cabello en un 100% es el suelo.

Y de pelos rubios estaba lleno el auto. Mooooy lejos de haberme llevado de yira a cuatro “famosas de TV” del clasificado… llevé al spa a las Turboperras. Ya tenían rastas*.

En determinado momento, estar tan al pedo, lima. Entonces uno tiene que hacer algo útil, como leer algún libro abandonado**, exorcizar la casa***, lavar el auto, practicar bajo, y abrir el mail después de 6 gloriosos días al re pedo.

Fuck. Cambio.
Confirme si hay problemas en destino. Cambio.
Comenzando la cuenta regresiva. Cambio.
¿Me copia, Marte?


(*) Tal vez esto sea completamente irrelevante y erróneo, pero descubrí que, además del barro de las zanjas, tienen una extraña fijación con las montañas de hojas otoñales. Mi teoría explicativa parte, como siempre, de la sabiduría de la naturaleza y afirma que los Golden Retrievers han subsistido mansos y dorados durante miles de años porque las hojas doradas los atraen (generándoles una suerte de adicción narcótica) y los camuflan; redundando entonces en una ventaja táctica a la hora de acechar una presa.

(**) Particularmente, uno de Schutz y Luckmann: “Las Estructuras del Mundo de la Vida”. El título es un cocktail entre Osho y L. Ron Hubbard, pero son un par de sociólogos alemanes bastante serios.

(***) Misteriosamente, el disyuntor de una fase tenía un by-pass que conectaba el sistema eléctrico de la casa con el mismo infierno; por suerte tengo un cura amigo que se da maña con las cuestiones electrotécnicas.

(****) Las conclusiones I y III fueron desarrolladas luego de unas copas de más, viendo a Jorge Rial.

7 comentarios:

María dijo...

Hasta Rial veníamos bien, comprendiendo la absorbente paja vacacional, los sociólogos alemanes eran hasta mucho, bien el spa de perras, lavar el auto, ocuparse de la casa, tocar el bajo...pero Rial? porqué?
By the way, no pude ir al confesionario, vi las fotos y me dio envidia-verguenza. Igual, no soy blogger, todavía. Otra vez será.

fernandes dijo...

Querida María, algunas reflexiones:

1) Efectivamente, hasta Rial veníamos bien. ¿Por qué superamos esa barrera? Ese es el quid.

2) Me intriga el concepto dual envidia-vergüenza. Por favor, ampliá.

3) La primera señal del bloggerismo es la negación.

Madame Lulu dijo...

las casas exorcizadas son casas seguras yo necesito conseguir un cura a prueba de lluvias

Orlok dijo...

Continuando con los sentimientos duales, a Orlok tu partida le provoca alegría-culpa. Alegría por lo reconfortante de recuperar al corresponsal hundido en la mierda que transmite impredibles relatos. Y culpa por pelotudo.

María dijo...

Envidia por no estar, y verlos tan felices, pero sabiendo que hubiera sido verguenza y timidez estando ahi, perfil bajo, haciendo mutis por el foro, llena de sentimientos encontrados.
Ignorá las comunicaciones con Marte, no respondas, hacé ruido de fritura, y seguí con los asados, los vinos, las perras, el mundial, hasta último momento.

Anónimo dijo...

como sabras, estoy en un paralelismo con tu viaje de trabajo, pero en Rio, y de contador. Copio y pego (alarma, chiste de compu) la mayor parte de tus miserias en mi popio diario de viaje. Hoy, el roteiro me ubico en palco de un GRAN momento. vivi la eliminacion de Basil, rodeado de cariocas. Me doy por pagado.
Una brasa

fernandes dijo...

Madame: Conozco a un cura polaco bastante piola con temas de zinguería. Y para lo que sea carpintería, conozco un rabino muy groso.

Orlok: Tu nombre es lo mejor que vi en todos estos años. Gracias por tu bola de sentimientos.

María: En Marte ha pasado algo gravísimo.

Anónimo: Contanos cómo podríamos apropiarnos de la sucursal de colombia e independizarnos legalmente de B.A.