Capítulo 4 – Rispideces

Las rispideces con los Zombies se originaron cuando, luego de tolerar ocho horas ininterrumpidas de Vallenato, decidí ponerle un cierre a la situación, apliqué el método Cartman y puse “Raining Blood” de Slayer al palo (sí, sí, la banda de death metal satánico formada por Tom Araya, Jeff Hanneman, Kerry King y el glorioso Dave Lombardo).

OK, no fue la manera más diplomática de sugerir un cambio de música; pero la puta madre… ¿No se les ocurre escuchar alguna otra cosa más?

1) Desde el aeropuerto hasta el Palacete, el tachero con el estéreo al taco: “Ay mamasita, ay mamasita, que tu tienes mi corazóooun”

2) Desde el Palacete hasta el laburo, el chofer a full: “Ay mamasita, ay mamasita, que tu erés mi perdicióoooun”

3) A la mañana en el laburo: “Ay mamasita, ay mamasita, que tu enciendes mi pasióooun”

4) Al mediodía en la fonda inmunda que frecuentábamos: “Ay mamasita, ay mamasita, que tu endulzas mi sazóoooouuuuun”

5) A la tarde en el laburo: “Ay mamasita, ay mamasita, que tu inspiras mi cancióoooun”

Suficiente. Además no es sólo una cuestión de gustos (sobre lo cual no hay nada escrito), también es una cuestión de derechos.

Raining blood
From a lacerated sky
Bleeding its horror
Creating my structure
Now I shall reign in blood!

El problema fue que (a pesar de mis derechos) los Zombies me acusaron de argentino prepotente ante el cocainómano impresentable, el cocainómano impresentable le llamó la atención a mi jefe y mi jefe me re cagó a pedos.

La relación entre los muertos caminantes y yo nunca volvió a ser la misma.

3 comentarios:

La cámara lúcida dijo...

que pesadez con el mamasita.

te leo y estoy viendo una serie en capitulos, buenismo!

fernandes dijo...

Gracias Cam!

Voy a seguir escribiendo.

Justamente estoy en una de las obras!

virgin suicide dijo...

Vengo leyendoy la verdad que tenés una forma de escreibir muy atrapante. Además si te gusta slayer merecés ser leído :)