Veníamos atravesando el Universo en un asteroide.
Hoy el Cordobés regaló churros y pegaron terrible.
Mamita.
El temita era que teníamos que ir a cenar a lo del Cholo, que hacía un asado careta. Casi le rompemos todo el techo por como caímos del cielo. Boom, más potente que el evento Tunguska. Voló todo a la mierda y aparecimos como invasores del espacio exterior en el living del Cholo. Ni la careteamos, le dijimos “Cholo” de una… Y el chabón se cagó de la risa.
El Turco sospechó un toque cuando estábamos morfándonos la vida. Parecíamos Shaggy y Scooby.
Empezamos a jugar a las cartas y estábamos desaforados. Fue casi como el legendario Tri Nations del Chin Chon. En síntesis: lo desvalijamos al Cholo entre El Gordo Facho, El Ucraniano y yo. Le apostamos, más o menos, todo el alcohol de su casa y se lo ganamos.
Nos coordinamos para que cada uno de los tres colaborara en la jugada conjunta para repartir el premio a costa del Cholo. Nos carteamos alevosamente y nos chupamos toda su bodega. Tomamos mucho.
Tomamos más que Pantera en 1997.
Lo gracioso fue cuando el Cholo trató de seguirnos el ritmo, aceleró, descarriló, rompió el guarda rail, salió volando por un acantilado, volcó en el aire, cayó de techo en el fondo del precipicio y explotó en mil pedazos.
Vinimos del espacio exterior con una misión: hacer que el escabio y el vicio (des)controlen al Cholo.
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