Algunas reuniones tienen la particularidad de ser frecuentes y carentes de sentido.
Acá el problema no es de caciques, sino de indios. No necesitamos ideas de púlpito, sólo necesitamos hermanos que laburen.
Abel un día le contó al Gordo su affaire con la Cientología. Se comió el verso y ahora no para de vomitar, en pose triunfadora, grandilocuentes frases carentes de valor. En síntesis, es eso: la forma que tiene un ser pequeño para sentirse superior. Sin perjuicio de eso, también debe tenerse en cuenta y valorarse el esfuerzo que demanda llegar hasta ahí. Si felar superiores es un camino válido y el púlpito es un objetivo plausible, adelante.
Abel tiene la capacidad de desagradar fácil y rápido. Basta una sola reunión para comprobar su poder de autoconvencimiento. ¿Realmente lo siente cuando invoca el concepto de estrategia? ¿Realmente lo siente cuando invoca el concepto de equipo? ¿Realmente lo siente cuando invoca el concepto de responsabilidad?
¿Dudamos sólo de él? ¿Él es el responsable de esto? ¿Lo sabe, lo cree?
Abel tiene miedo, como todos. No puede dormir bien porque sabe que algo hizo mal. Sin embargo, no se siente plenamente culpable, porque a él también le endosaron algo (como a nosotros). Fallaron las cosas para él también. Difícilmente, detrás de todo esto, haya un sabio sentado en el centro de un panóptico. Hay pequeños panópticos y vigilantes. Pero no uno solo todopoderoso. Esos pequeños panópticos suelen ser antagónicos y como resultado de su hostil negociación por el control, perjudican a quienes quedaron en el medio. Abel tenía que convivir con representantes comerciales chamuyeros y con llegada a los dueños de Construx. Ellos recomendaron al cocainómano impresentable. Abel también quedó en el medio del jueguito. Entonces tampoco sabe para dónde disparar. Haga lo que haga, algún interés se verá perjudicado: sea de un socio, de un dueño, de un par, de un hombre de confianza, de un funcionario histórico; o de cualquier otro pequeño panóptico antagonista. Nos damos cuenta que sufre mucho todo esto y no sabe cómo manejar las presiones de arriba; pero no por ello se justifican las chicanas que nos hace.
Un hombre de su edad ya podría retirarse y no jodernos más con sermones y chicanas... Nada más que lo partió al medio haber dejado en el baúl de su Torino azul los ahorros de sus primeros 10 años de carrera. Iba a emprender un negocio con su hermano en Córdoba, iba a liberarse de la relación de dependencia a través de un negocio con la soja, hoy sería millonario y todo ese plan se le arruinó. Tenían que pasar otros 10 años de ahorro y reconstrucción nacional para arrancar nuevamente. Pero ya era tarde, su hermano estaba en otra y no podía poner en riesgo el cumplimiento de sus obligaciones familiares.
Y así Abel carga con todo eso cuando nos convoca a una más de las recurrentes reuniones de “masturbación estratégica”. Donde sistemáticamente, nunca se llega a nada.
6 comentarios:
ese abel no puede resultarme más desagradable
Sólo para Usted: le escribo este mensaje en medio de una reunión con Abel.
no me diga que con su cuerpito de caniche toy, el mariconcito de escritorio eetá aplicando el concepto de felación con usted, no me lo diga brother.
Noooo... a mí sólo me chicanea!
Igual está de capa caída porque sabe que es el padre de la derrota.
Amigo, no lo entiendo, lo que cuenta es una mierda. Las posibilidades para que no haya renunciado ya serian:
1- le gusta sufrir
2- en realidad le gusta su trabajo pero un poco de drama le da importancia
3- ya no tiene nadie quien lo espere en casa
o las tres juntas??? reflexione!
Amigo, paso a responder:
1) Puede ser.
2) Me sacó las palabras de la boca.
3) Definitivamente.
Adicionalmente:
4) Hay que ganarse el pan y ofrecer mi cuerpo por dinero sería un fracaso rotundo.
5) Ojalá que otros no repitan mi experiencia.
Gracias por el apoyo y la estima en tiempos tan difíciles.
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