Capítulo 32 - ¿Y por qué no renunciás?

Qué buena pregunta, amigo.

El Gordo no renuncia porque prefiere que lo echen, así le rinden tantos años de malasangre acá adentro. Y porque ya le corresponden 21 días de vacaciones.

El Ucraniano, ni idea. Es un misterio. No tiene familia que mantener, pero sí una pequeña fortuna.

Murdock no puede darse el lujo. Siempre lo cajonearon, nunca pegó un ascenso y tampoco pudo ahorrar demasiado con tantos quilombos familiares. Además, el mercado laboral es cruel para un ex combatiente de cincuenta y pico.

La guita va y viene, la salud mental sólo se va. Cuando uno ya no puede dormir, debe abortar. Pero todavía no. Estamos acá apostando nuestras miserables viditas por algo aún intangible (y que tal vez nunca llegue). Podríamos estar en Buenos Aires, pero no. Los momentos de furia se compensan con momentos inolvidables y todo se diluye. Experiencias mínimas, demasiado pequeñas para un libro, aunque demasiado grandes para una anécdota. Por momentos nos arrastra la ola y nos despertamos sorprendidos y ahogados en la costa, planteándonos por qué y cómo llegamos acá.

El Gaita ya lo sugería: uno vive en el medio de la nada, rodeado de guerrilleros, padeciendo un calor agobiante porque, simplemente, no puede dejar de hacerlo. Es la irresistible tentación de enfrentarse con una colosal maraña de quilombos, alienado, con la certeza de ser el único capaz de darle batalla. Sensaciones, lugares y experiencias imposibles de ser vividas en una oficinita, en la paz del hogar o en un viaje de mochilero.

También puede ser que sigamos acá por miedo. El terror al día después, de arrepentirnos por haber tomado una decisión estúpida. Miedo a ser señalados, a no conseguir laburo nunca más, a poner en riesgo nuestra narcotizante rutina, a ser un mal ejemplo para nuestros ahijados y sobrinos, a ser una decepción para nuestros padres, a no aguantar el ayuno, a no poder bancárnosla caminando por el desierto.

Una buena pregunta amigo, una buena pregunta.

12 comentarios:

Madame Lulu dijo...

qué quiere que le diga brother, yo soy muy egoísta, así que no me renuncie todavía que este viaje de trabajo me tiene fascinada

fernandes dijo...

No se preocupe, cada día van apareciendo cositas que hacen necesario quedarse acá.

Confirmado, el 29 estoy en Confesionario. Trate de venir, si?

Anónimo dijo...

Amigo, entiendo su punto. Yo estuve en una situacion similar hace unos años. Tambien me arme, y cree mi propio melodrama. Pero el precio que uno paga por estas elecciones no lo compensa el bonus de fin de mes. Son elecciones de vida... Mientras ud recapacite, seguire recordando por medio de su obra mis dias de ceguera con pena y autocompasion. Salud! y fuerza!

fernandes dijo...

Gracias, estimado.

Por suerte tengo la posibilidad de salir, pero por el momento quiero seguir la misma dirección, la difícil la que usa el salmón.

Anónimo dijo...

Sera que soy viejo y me identifico mucho con su historia, y que conozco el final mas frecuente... por eso me siento en la obligacion moral de aconsejarlo. Pero tal vez ud logre el balance adecuado para hacer lo que le gusta y ademas tener una vida. Prometo no "chicanearlo" mas y me limitare a ser lector mudo de su melodrama. Hasta siempre!

fernandes dijo...

Ninguna chicana, hombre.

No se quede mudo.

Saludos.

Anónimo dijo...

Por cierto, el destino qeu le toco es a pesar de todo mejor que el mio... (BOLIVIA). Eso puede inclinarle las cosas a su favor.

Madame Lulu dijo...

este anónimo me cae muy bien, no querrá hacerse un blog con su melodrama boliviano, muero de curiosidad!

Marie dijo...

pero al confesionario mínimo tenés que llevar una foto de cada elemento del elenco estable, para el amusement de los presentes

fernandes dijo...

Anónimo: Mis primeras armas fueron en Bolivia. Tantos recuerdos.

Marie: Voy a procurar que posen. De todos modos, algunas fotos ya hay en plena timba (investigue).

P.D.: Siempre tengo la duda fonética, pero para mí Ud. es "Marie" pronunciada en francés. La foto de lejos de su perfil me pega muy french; de hecho, cambié mi foto de perfil para emularla.

Era mi deber revelárselo.

Marie dijo...

si, soy María, no Mariela, es Marie como Marí con acento en la í

fernandes dijo...

Yo sabía...