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Capítulo 666 bis – Las Festividades Zombies

Hace tiempo que había dejado de soñar y aún me pregunto por qué. En el mejor de los casos, tal vez haya sido porque mi mente interpreta todas estas situaciones como manifestaciones oníricas, entonces no "necesita" soñar. Y en el peor de los casos, mi mente, para protegerme de un daño sistémico, bloqueó el acceso a ese sector del disco rígido.

No sé.

La cuestión es que anoche, por primera vez en muchos meses, se apareció el Gordo Facho y me llevó a caminar por las calles de una Bogotá animada por Festividades Zombies. El Gordo me iba mostrando las particularidades de esta celebración anual que consiste, fundamentalmente, en hacer todas las vulgaridades que uno haría en sus fueros más íntimos… pero en público y mientras se está cenando.

Indecibles atrocidades repugnantes realizaban los Zombies, orgullosos, en las calles de Bogotá. Indignantes y sorprendentes, asquerosas y enigmáticas.

El inicio consistía en procesiones de Zombies portando velas elaboradas con sus propios fluidos corporales solidificados, el desarrollo de la celebración es indescriptible (y creo que gran parte fue bloqueada por mi propia mente) y el broche de oro era un festival callejero de nieve artificial compuesta de bencina y uranio.

Hace tiempo que había dejado de soñar y aún me pregunto por qué.

2 comentarios:

Orlok dijo...

Lo extrañaba al Gordo Facho, que es de su vida?

Aunque no lo queramos reconocer y nos duela decirlo, es inevitable entender que el Gordo Facho es ahora un zombie. Y en tus sueños te está diciendo: "You're next!"

fernandes dijo...

Es un radical libre espiritual, que desencadena reacciones anímicas.