Ya estábamos medio mamados en el Palacete y Murdock seguía con el pico caliente. Bogotá estaba tranquila porque había ley seca. Se clavó dos tragos más y empezó a gritarnos.
¿Pero no se dan cuenta, pelotudos, que todo esto es funcional a EEUU?
¡Dale a la gente prometedores de promesas incumplibles y hacés una elección!
¿O acaso esto que está pasando no es ridículo?
¿Pero de qué democracia estamos hablando?
Hizo una pausa y me fui al jardín a fumar un pucho. Vi la searchlight surcando el cielo andino. Suspiré y Murdock evocó la imagen de Sudamérica. Respira Sudamérica y mira sus contradicciones, desde el calor más demoledor hasta el frío más crudo. Continente de expulsados y aventureros. De fachos y zurdos. De las montañas más altas del mundo.
Extrañamos el Aconcagua. Centinela de Piedra que nos protege de lo malo del otro lado.
El Gordo vigilaba el fuego y Murdock seguía gritando. El Ucraniano googleaba métodos para hacer bombas caseras y todo emanaba armonía.
2 comentarios:
Estás teniendo unos días tremendos! Uno querría decirte algo como: te comprendo, pero no sé si te servirá, ni si la empatía alcanzará.
Todo lo contrario. No te das una idea lo dífícil que es que alguien que no está acá te comprenda.
Gracias.
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